El Hit número uno

 

Bohemian Rhapsody de Queen no es solo una canción, sino una epopeya musical que desafió los límites de lo convencional. Compuesta por el genio creativo de Freddie Mercury, esta obra maestra es una amalgama de géneros y emociones. Desde su suave introducción hasta su explosivo clímax operístico y su emotivo cierre, la canción es un viaje por sí misma. Conocida por su letra enigmática, la interpretación personal de cada oyente es parte integral de su atractivo.



La letra hace referencia a Scaramouche, el fandango del acto III de Las bodas de Fígaro de Wolfgang Amadeus Mozart, Galileo, Fígaro Magnífico, refiriéndose al Magnificat de Bach y Bismillah como personajes que luchan por el alma del muchacho. Peirano llama a la secuencia "una suerte de juicio y un rito de pasaje. Un coro acusa y el otro defiende, mientras que el héroe se presenta como inocente". Luego, se utiliza la misma escala cromática que en el principio de la canción en "I'm just a poor boy, nobody loves me" ("Soy sólo un pobre muchacho, nadie me ama"). La sección finaliza con un coro numeroso interpretando el verso "Beelzebub has a devil put aside for me" ("Belcebú tiene un demonio reservado para mí"), en la tonalidad de si bemol. Roger Taylor interpreta las notas más altas con su falsete en si bemol en la quinta octava.

Usando la tecnología disponible en aquel entonces, la sección de ópera tardó tres semanas en grabarse.4​ El productor Roy Thomas Baker dijo que "cada vez que Freddie cantaba un 'Galileo', yo tenía que añadir otro pedazo de cinta al rollo".

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